Tratamientos con radiofrecuencia

El uso de la radiofrecuencia para realizar tratamientos de estética facial sin cirugía es una de las aplicaciones más conocidas de esta técnica, aunque no se trata de la única aplicación que se le puede dar a los aparatos. De hecho, los equipos de radiofrecuencia facial y corporal están cada vez más generalizados, y se pueden ajustar para trabajar en determinadas frecuencias conforme a las necesidades que se plantean en cada momento. En este artículo queremos comentar algunos de los tratamientos con radiofrecuencia más habituales, así como los distintos tipos de radiofrecuencia que existen.
Tipos de radiofrecuencia
Hay tres tipos distintos de radiofrecuencia. La radiofrecuencia unipolar es la que llega hasta las capas de piel más profundas, y se emplea principalmente para tratamientos relacionados con la grasa localizada. La radiofrecuencia bipolar solo se queda en las capas superficiales y principalmente se usa para reafirmar los tejidos. Por otro lado, la radiofrecuencia tripolar combina ambos sistemas para realizar tratamientos integrales, es decir, acabar con la grasa a la vez que se reafirma la piel.
En un próximo artículo abordaremos en mayor profundidad la diferencia entre radiofrecuencia bipolar y tripolar.
Distintos tipos de tratamiento con radiofrecuencia
Cualquiera de las frecuencias de radio de los aparatos de radiofrecuencia ejercen un efecto drenante que ayuda al organismo a eliminar los líquidos y las toxinas que se acumulan en el organismo, muchas de las cuales son las responsables del aumento de las grasas y el envejecimiento. Los efectos de este tratamiento pueden llegar a tardar hasta 6 meses en hacerse patentes del todo.
La radiofrecuencia facial es lo más parecido que hay en estos momentos a un lifting sin cirugía, de modo que se recomienda cada día más porque no implica una intervención y no es invasivo. Con este tratamiento se rejuvenece la piel del cuello, las mejillas, el contorno de ojos y labios, etc. Los efectos son visibles hasta tres años después de haber terminado el tratamiento.
La radiofrecuencia corporal es igual de poco invasiva, aunque este tratamiento con radiofrecuencia requiere de mayor intensidad, especialmente cuando se trata de reducir la acumulación de tejido adiposo en determinadas zonas del cuerpo. Para ello se aplica un gel o aceite antes de utilizar el equipo, y después de cada sesión se recomienda beber una gran cantidad de agua para favorecer el drenaje linfático aún más.
Otro tratamiento posible es el de recuperar los músculos que han sufrido una rotura. La radiofrecuencia ayuda al organismo a limpiar y depurar la lesión, reduciendo el tiempo de recuperación y favoreciendo la pérdida de inflamación.
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